sábado, 2 de mayo de 2015

Jardín de Paz



Ahora sé muchas cosas que no sabía,
ahora sé, porque llevan tantas flores a los entierros,
pretensión de perfumar el putrefacto olor a muerte.
Todas esas pompas en el campo santo
no podrán calmar mi dolor.

 ¡Mi madre está muerta!
Su carne se pudre en la tierra
y ese olor que penetra pestilente sin reparo.
¿Cuánto no le dije?
¡Cuánto falta me hace y aún estando aquí!

Miro el verde silencio
desfilan fantasmas frente a mí
lo real y lo etéreo se confunden
y no veo nada…
¿Cuánto de mí quedo en ella?
¿Cuánto de ella quedo en mí?

Colgado de un abismo
me entrego sin saber.
Deseos de ser libre,
de quedarme con lo poco,
un puñado de palabras
y mil preguntas por venir.

¡Déjame caer en este abismo de nada!

Y seguir vivo, aunque ya no estés aquí.