miércoles, 28 de abril de 2010

Ensueños

Tras los ensueños de tus ojos,
me develo en silencios, en gritos, en pasiones...
Lo distante de tu mirada,
Acaricia mis más profundos recuerdos.
Rubíes que se juntan con tus manos
y entre ambas me acarician
y reviven mis no recuerdos, mis no caricias,
mis excusas, mis ausentes, mis dolores.

Tú boca, volcán encendido que expulsa veneno,
Pequeños… delgados,
tus labios como dagas
que me hieren
el costado más agudo.

Arremolinado entre tus brazos
y sin palabra alguna,
me duermo entre tus piernas.

Despertás mis sueños y me entrego
al viaje más corto y placentero.
Hacia la paz que nunca tuve.

Víctor Hugo Ibáñez

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