viernes, 30 de abril de 2010

El artificio del poeta y el psicoanálisis

"El sentido entonces es apariencia,
buscar el sentido
con el único remedio de una promesa,
una promesa de sentido.

Y no es que no lo encuentre,
busca y encuentra,
encuentra el misterio del ser que habla,
renovándose
a cada instante
con promesas incumplidas"


El saber-hacer del poeta y su articulación con el psicoanálisis es el punto de partida que tomaremos este año. En el seminario XX, Lacan interroga la sexualidad femenina. El goce femenino como aquello que escapa del discurso, guarda una relación con lo inconsciente. ¿Cuál es esa relación? ¿Por qué Lacan situará al goce fálico como aquel "que es necesario que no"? ¿Cuál es la diferencia entre plusvalía y plus-de-gozar?

La existencia del inconsciente es un efecto de que no hay relación sexual. ¿Cuál es el alcance de esta definición? La no correspondencia entre los sexos, por efecto del significante, rompe con toda posibilidad de complementariedad y es esto justamente lo que abre la posibilidad del encuentro amoroso. "Dar lo que no se tiene a alguien que no lo es": esta definición que hace Lacan del amor representa un límite a la complementariedad. El obstáculo que representa la suplencia a la formación del "uno" de la fusión es lo que hace posible un plus de goce.

La poesía sería el lugar reservado a lo imposible. La poesía es un decir de lo imposible de ser dicho. El poeta mediante su acto da cuenta de que fue causado. Se vale de su falta.
Se presentan una serie de conceptos que en su articulación nos permitirán acercarnos a cuál es el aporte que puede hacer el psicoanálisis a los problemas que aún nos plantea la modernidad.

El capitalismo globalizado sumado al predominio de la tecnociencia introduce la cuestión de los sistemas totalizadores, que tienden a forcluir al sujeto.

En todo lazo social se pone en evidencia necesariamente lo imposible como dimensión propia del sujeto deseante. El deseo inconsciente implica un sujeto, en el chiste, en el lapsus, en el olvido, en el sueño, en el síntoma. La interpretación psicoanalítica opera por el equívoco, algo que en el significante resuena en un decir a medias. El psicoanálisis invoca ese decir a medias, lo causa.

Freud sostiene que el artificio del poeta se destaca por lograr que algo que podría resultar displacentero resulte placentero. Ubica en ese hacer enigmático una formalización del goce que desemboca en la modificación de la pulsión.

Los hechos para el psicoanálisis son en tanto dichos. El juego de los niños y el poetizar nos recuerdan el carácter de ficción de los hechos.

Eleonora D'Alvia
Juan Eugenio Rodríguez
Abril 2010
http://www.fuegos-delsur.com.ar/

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